miércoles, 8 de abril de 2015

Solidaridad frente a huaicos e inundaciones

Las fuertes lluvias con su secuela de inundación, deslizamiento y afectación de algunos sembríos se ha dejado sentir en la villa de Omas, pero gracias a Dios no ha habido resultados en muertos o heridos, como sí ha ocurrido en otras ciudades de nuestro país donde se han producido hechos lamentables.
Frente a ello, la reacción de las autoridades locales, con el alcalde Erick Chirinos Jiménez y sus regidores a la cabeza, fue oportuna, pues se pusieron la camiseta y aportaron como debe ser en el trabajo solidario de apoyo a quienes lo necesitaban en los momentos de angustia.
Fueron necesarias no solo palas, picos, carretillas y otros instrumentos mecánicos, sino también un nivel de coordinación del alcalde local con otras autoridades para lograr el apoyo de maquinaria pesada, la cual fue vital, pues ha permitido la posibilidad de arreglar los caminos destruidos, limpiar acequias y erradicar los desmontes.
Respecto a esto, una actitud digna de resaltar fue la que protagonizaron los residentes de Omas en Lima, quienes, en espíritu de colaboración, efectuaron una colecta de víveres y ropa, las cuales hicieron llegar a las familias omasinas que se vieron afectadas durante las pasadas lluvias. Hay que aplaudir este gesto.
LOS AFECTADOS
Las lluvias, si son intensas, suelen desbordar los ríos y arroyos, y luego en su furia terminan por destruir caminos, puentes, sembríos, casas y todo lo que encuentran a su paso.
En Omas se perdieron algunos sembríos, uno de ellos el de Nelly Díaz. También se afectaron casas, como el de Isabel Huaytán Vásquez, quien perdió su vivienda.
Demás está decir, que el alcalde de la ciudad realizará las gestiones necesarias para que, tanto los sembríos afectados, así como las viviendas dañadas, tengan una alternativa de ayuda para la reconstrucción. Es justo y necesario dar la mano a quienes resultan perjudicados por la furia de la naturaleza.
EL OPORTUNISMO DE UN EXALCALDE
Don Luis Alberto Ponce Fernández, ex alcalde de la villa de Omas, quien dirigió de la peor manera los destinos de la ciudad por más de 20 años junto a sus hermanos, quienes se turnaban con él en la conducción de la localidad, todavía cree que es burgomaestre y quiere hacer lo que le da gana en la ciudad.
Nos datean, que de buenas a primeras, durante el reciente percance con lluvias e inundaciones en la localidad de Omas, no se le ocurrió mejor idea que solicitar sus propias donaciones y hacer proselitismo con ellas, apareciendo como regalón de frazadas y carpas.
¿A quién solicitó donaciones don Luis Ponce Fernández y en qué cantidades? ¿Repartió todo lo recibido? No lo sabemos. En todo caso es materia que hay que investigar. Cuando existen desgracias ocasionadas por la naturaleza, lo mejor es canalizar las ayudas a una sola institución central (municipio), la cual, previo inventario, entregará a los beneficiarios aquello que necesitan.
Si cada ciudadano va a solicitar sus propios donativos en emergencias y luego los va a distribuir a quienes les viene en gana, surgen la desconfianza y los aprovechamientos, no solo políticos, sino personales. Por lo general lo donado termina en las casas de quienes menos lo necesitan y de los avivatos. Esto ha ocurrido recientemente en Chosica.
SEMANA SANTA EN OMAS
Jueves, viernes, sábado y domingo fue una fecha de grata recordación, pues el pueblo omasino se movilizó con fervor y acudió a todas las actividades religiosas que en honor de Jesús el Hijo de Dios se desarrolló en la ciudad con ocasión de la Semana Santa. La participación del padre Ademir Sánchez Arata, sus acólitos y los estudiantes del seminario de menores resultaron gratificantes y permitieron que las diversas ceremonias tengan el realce debido.
Como suele suceder, a veces no faltan en algunas ocasiones la presencia de personajes inoportunos e irresponsables en las festividades. Esta vez le tocó hacer un papelón al juez de paz local, cuyo nombre lo consideramos intrascendente señalar. Este personaje, al parecer víctima de algún licor de baja categoría se dedicó a ocasionar desorden, junto a sus amigos, sin respetar la semana de meditación, reflexión y respeto al prójimo. Tarjeta amarilla para este mal juez, y la próxima, tarjeta roja y a su casa.