miércoles, 31 de julio de 2013

Corte Suprema debe hacer justicia en caso de joven condenado a 20 años

Un atestado policial efectuado con mentiras sobre los hechos, y una calificación fiscal, que recogió en todos sus extremos lo afirmado por los custodios del orden, ha dado como resultado que un joven haya sido sentenciado a la pena de 20 años de prisión por el caso del asesinato de dos policías en julio de 2011 en San Juan de Lurigancho.
Se trata de Armando Rivelino Arroyo Lezama, quien en la madrugada del 21 de julio del 2011 acompañaba a Mario Antonio Ruiz Alvarado, sujeto que, en completo estado de ebriedad, sacó la pistola que llevaba en la cintura y descerrajó nueve disparos que terminaron con la vida de los suboficiales PNP William Carlo Cieza Díaz y Juan Rogelio Alcalde Espinoza.
El parte policial como la acusación fiscal afirman que Arroyo Lizama entregó al autor de los disparos una mochila en donde se encontraba el arma de fuego, por lo cual contribuyó de manera indirecta con el asesinato, lo cual no es cierto, según se desprende de las declaraciones testimoniales del asesino Ruiz Alvarado, quien afirma que en todo momento portaba la pistola en la cintura, lo que ha sido corroborado por la enamorada de éste, Leonor Marroquín López, quien se encontraba a corta distancia.
Los hechos
En las primeras horas de la madrugada del 21 de julio, luego de haber bebido en compañía de varios amigos, Ruiz Alvarado conducía su moto en la que llevaba a Arroyo Lezama hacia su domicilio ubicado a tres cuadras del bar donde habían estado bebiendo con otros tres amigos, cuando son detenidos por un patrullero, cuyos custodios le solicitaron los documentos de identidad, tarjeta de conducir y Soat.
Ruiz Alvarado tenía todos los documentos a la mano, menos el Soat, que se encontraba en una mochila en poder de Leonor Marroquín López, a la sazón su amante de turno, quien esperaba en el bar donde habían estado libando, por lo que rogó a Arroyo le trajese dicho morral.
Cuando Arroyo, junto a Leonor Marroquín, llegó al lugar donde se encontraban los policías y su amigo, encontró a éste alterado, negándose a recibir la mochila. Hubo una fuerte discusión y uno de los policías ordenó a su colega conductor del patrullero, que bajase del vehículo para revisar a Ruiz Alvarado. En ese momento este saca su pistola que llevaba en la cintura y dispara a los dos policías, asesinándolos.
Tanto Armando Arroyo como Leonor Marroquín huyeron de la escena del crimen. Posteriormente el primero de los citados se presentó a la Dinincri por voluntad propia a prestar sus declaraciones. Fue dejado en libertad y citado en segunda oportunidad, en la que fue detenido y presentado por la PNP como uno de los asesinos de dos policías en una conferencia de prensa. Previamente, lo amenazaron para que no hable, bajo la advertencia de golpearlo. Sin embargo, alcanzó a decir delante de algunos periodistas y policías que lo insultaban: “Soy inocente”.
Situación actual
El caso del joven Arroyo Lezama se encuentra actualmente en la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia, que debe fallar por la ratificación o liberación del detenido, quien se encuentra internado en el centro penitenciario de Aucallama, ubicado en la ruta a Huaral.
Según el abogado Ramiro Félix Quillama, la sentencia ratificada por la Cuarta Sala Penal con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima debe ser declarada nula, por cuanto se ha involucrado y sentenciado a una persona por un delito que jamás ha cometido, y porque se han calificado inadecuadamente los hechos, al extremo de subsumirlo en un tipo penal distinto al que verdaderamente hubiera correspondido.
Dijo que por ello la Corte Suprema debe declarar inocente a Arroyo Lezama (28) y liberarlo de toda culpa, por cuanto ninguno de los hechos ameritados en su contra, ni las declaraciones de los otros inculpados, en especial del asesino confeso, lo incriminan bajo ninguna argumentación.

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